Mujeres y hombres y viceversa 03 09 18

Diferencias masculinas y femeninas en el comportamiento pdf

El objetivo de esta revisión es sintetizar lo que se sabe sobre la agresión de las mujeres desde las perspectivas conductual y neurobiológica. En primer lugar, nos centramos en la investigación conductual sobre la agresión perpetrada por mujeres, incluyendo el comportamiento de las mujeres en paradigmas de agresión de laboratorio, la violencia de pareja (IPV), la agresión relacionada con el alcohol y la violencia sexual. A continuación, revisamos los datos sobre las influencias prenatales y postnatales, el sistema nervioso central y los mecanismos neuroendocrinos. La figura 1 resume estos factores. Concluimos identificando las lagunas en la base de conocimientos y ofrecemos sugerencias para futuras investigaciones.

Figura 1. Resumen gráfico de la presente revisión de los factores asociados a la agresión en las mujeres. La parte izquierda muestra las influencias prenatales y del desarrollo temprano que se sabe que afectan a la agresividad. La parte central muestra el proceso neural y hormonal asociado a la agresión en las mujeres. El recuadro de la derecha indica las diferentes formas de agresión que practican las mujeres y sus frecuencias relativas. El texto en verde indica la incertidumbre respecto a la solidez de la relación con la agresión en las mujeres. Observamos que esta figura sólo resume la revisión actual y que muchos factores adicionales no aparecen aquí (por ejemplo, influencias genéticas, sistemas de neurotransmisores, factores sociales). DLPFC, corteza prefrontal dorsolateral; DMPFC, corteza prefrontal dorsomedial; DACC, corteza cingulada anterior dorsal.

¿son las mujeres más agradables que los hombres?

Los estudios demuestran que los hombres son más propensos a mentir en las negociaciones porque son más competitivos que empáticos. Lo contrario ocurre con las mujeres. Pero una nueva investigación experimental muestra que es bastante fácil cambiar esas normas.  Tomar medidas para reducir la competitividad y potenciar la empatía en las negociaciones u otros entornos profesionales puede aumentar la colaboración y la resolución conjunta de problemas. Cuando nos vemos como participantes en interacciones mutuamente beneficiosas, es más probable que todos salgamos ganando.

Eso depende, según una investigación que he llevado a cabo con Jason Pierce, de la Universidad de Carolina del Norte, en Greensboro. Hemos descubierto que la probabilidad de incurrir en un comportamiento poco ético durante la negociación está muy relacionada con el género: los hombres son más propensos a actuar de forma engañosa que las mujeres.

La diferencia en el comportamiento de negociación está relacionada con el sentido de competitividad y empatía de los negociadores. En las negociaciones, los hombres tienden a adoptar un modo competitivo que motiva un comportamiento poco ético para salir adelante, mientras que las mujeres optan por un enfoque empático, lo que conduce a un comportamiento menos engañoso.

Ejemplo de distinción de género

Lo que se desprende de este informe: Las personas de color se convertirán en la mayoría de la clase trabajadora estadounidense en 2032. Esta estimación, basada en las proyecciones a largo plazo de la población activa de la Oficina de Estadísticas Laborales y en las tendencias de finalización de estudios por raza y etnia, es 11 años antes que la proyección de la Oficina del Censo para la población general de EE.UU., que se convierte en “mayoría minoritaria” en 2043.

Por qué es importante: En 2013, la clase trabajadora -formada por trabajadores sin título universitario- constituía casi dos tercios (66,1%) de la población activa civil de Estados Unidos de entre 18 y 64 años. Por tanto, el estancamiento salarial y la desigualdad económica no pueden resolverse sin políticas destinadas a elevar el nivel de vida de la clase trabajadora. Dado que la clase trabajadora está formada cada vez más por personas de color, para elevar el nivel de vida de la clase trabajadora será necesario superar las divisiones raciales y étnicas.

Lo que significa para la política: La mejor manera de avanzar en las políticas para elevar el nivel de vida de los trabajadores es que los distintos grupos reconozcan que tienen más cosas en común que no, y trabajen juntos para conseguirlo:

Diferencias de género en la personalidad en los diez aspectos de los cinco grandes

Las diferencias de sexo en psicología son diferencias en las funciones mentales y los comportamientos de los sexos y se deben a una compleja interacción de factores biológicos, de desarrollo y culturales. Se han encontrado diferencias en diversos campos como la salud mental, las capacidades cognitivas, la personalidad, la emoción, la sexualidad,[1][2] y la tendencia a la agresión. Estas variaciones pueden ser innatas, aprendidas o ambas. La investigación moderna intenta distinguir entre estas causas y analizar los problemas éticos que se plantean. Dado que el comportamiento es el resultado de las interacciones entre la naturaleza y la crianza, los investigadores están interesados en investigar cómo la biología y el entorno interactúan para producir tales diferencias,[3][4] aunque a menudo esto no es posible[5].

Hay una serie de factores que se combinan para influir en el desarrollo de las diferencias de sexo, como la genética y la epigenética;[6] las diferencias en la estructura y la función del cerebro;[7] las hormonas,[8] y la socialización[3][4][2][página necesaria].

Las diferencias psicológicas entre los sexos se refieren a las diferencias emocionales, motivacionales o cognitivas entre los sexos[9][10], como por ejemplo la mayor tendencia masculina a la violencia[11] o la mayor empatía femenina.