Los límites del crecimiento

Uncommon ground: towards r

Publicado en 1972 – El mensaje de este libro sigue siendo válido hoy en día: Los recursos interconectados de la Tierra -el sistema global de la naturaleza en el que todos vivimos- probablemente no puedan soportar los actuales ritmos de crecimiento económico y demográfico mucho más allá del año 2100, si es que se prolonga tanto, incluso con tecnología avanzada. En el verano de 1970, un equipo internacional de investigadores del Instituto Tecnológico de Massachusetts inició un estudio sobre las implicaciones del crecimiento mundial continuado. Examinaron los cinco factores básicos que determinan y, en sus interacciones, limitan en última instancia el crecimiento de este planeta: el aumento de la población, la producción agrícola, el agotamiento de los recursos no renovables, la producción industrial y la generación de contaminación. El equipo del MIT introdujo los datos de estos cinco factores en un modelo informático global y luego probó el comportamiento del modelo bajo varios conjuntos de supuestos para determinar patrones alternativos para el futuro de la humanidad. Los límites del crecimiento es el informe no técnico de sus conclusiones. El libro contiene también un mensaje de esperanza: El hombre puede crear una sociedad en la que pueda vivir indefinidamente en la Tierra si se impone límites a sí mismo y a su producción de bienes materiales para alcanzar un estado de equilibrio global con la población y la producción en un equilibrio cuidadosamente seleccionado.

La teoría del desarrollo económico

Los límites del crecimiento (LTG) es un informe de 1972[1] sobre el crecimiento económico y demográfico exponencial con una oferta finita de recursos, estudiado mediante simulación informática[2]. El estudio utilizó el modelo informático World3 para simular las consecuencias de las interacciones entre la Tierra y los sistemas humanos[a][3]. El modelo se basó en el trabajo de Jay Forrester, del MIT,[1]: 21 tal y como se describe en su libro World Dynamics[4].

El informe concluye que, si no se producen cambios sustanciales en el consumo de recursos, “el resultado más probable será un descenso bastante repentino e incontrolable tanto de la población como de la capacidad industrial”. Aunque sus métodos y premisas fueron muy cuestionados en el momento de su publicación, los trabajos posteriores de validación de sus previsiones siguen confirmando que no se han producido cambios suficientes desde 1972 para alterar significativamente su naturaleza.

El modelo World3 se basa en cinco variables: “la población, la producción de alimentos, la industrialización, la contaminación y el consumo de recursos naturales no renovables”[1]: 25 En el momento del estudio, todas estas variables iban en aumento y se suponía que seguirían creciendo de forma exponencial, mientras que la capacidad de la tecnología para aumentar los recursos sólo crecía de forma lineal[1] Los autores pretendían explorar la posibilidad de un patrón de retroalimentación sostenible que se conseguiría alterando las tendencias de crecimiento de las cinco variables en tres escenarios. Señalaron que sus proyecciones sobre los valores de las variables en cada escenario eran predicciones “sólo en el sentido más limitado de la palabra”, y que sólo eran indicaciones de las tendencias de comportamiento del sistema[10] Dos de los escenarios veían un “rebasamiento y colapso” del sistema global a mediados o finales del siglo XXI, mientras que un tercer escenario daba lugar a un “mundo estabilizado”[11]: 11

Por qué fracasan las naciones

Difiere en tres aspectos del informe anterior. En primer lugar, no describe un escenario de catástrofe inminente, sino que sólo muestra tendencias. En segundo lugar, debe leerse a la luz de la experiencia adquirida desde 1972, es decir, que toda la humanidad ha respondido al informe, pero con un retraso de 20 a 40 años. En tercer lugar, no sólo ofrece escenarios futuros, sino que hace propuestas concretas sobre cómo debe responder el individuo a los nuevos acontecimientos.

Las reflexiones de Randers se basan en dos preguntas centrales: “¿Qué ocurrirá con el consumidor en los próximos 40 años?” y “¿En qué condiciones -en qué entorno social y natural- tendrá lugar este consumo futuro?” (p. 78). Utiliza modelos informáticos para asegurarse de que no se pasan por alto los efectos de retroalimentación.

La eficiencia energética seguirá aumentando. Se espera que la demanda de energía aumente, pero no indefinidamente. Las emisiones de CO2 derivadas del consumo de energía alcanzarán su punto máximo en 2030. La temperatura media mundial aumentará más de dos grados, lo que provocará graves problemas.

La carrera por los recursos naturales será dura, la biocapacidad del mundo se explotará cada vez más. Las ciudades se convertirán en fuentes de materias primas metálicas más ricas que los yacimientos minerales de la naturaleza (minería urbana). Del mismo modo que los zoológicos se han convertido ya en el último refugio de muchas especies en peligro de extinción, los parques asumirán este papel para la naturaleza en general.

Fundamento de la ecología

Los Límites del Crecimiento (LTG) es un informe de 1972[1] sobre el crecimiento económico y demográfico exponencial con una oferta finita de recursos, estudiado mediante simulación informática[2]. El estudio utilizaba el modelo informático World3 para simular las consecuencias de las interacciones entre la Tierra y los sistemas humanos[a][3]. El modelo se basaba en los trabajos de Jay Forrester, del MIT,[1]: 21 descritos en su libro World Dynamics[4].

El informe concluye que, si no se producen cambios sustanciales en el consumo de recursos, “el resultado más probable será un descenso bastante repentino e incontrolable tanto de la población como de la capacidad industrial”. Aunque sus métodos y premisas fueron muy cuestionados en el momento de su publicación, los trabajos posteriores de validación de sus previsiones siguen confirmando que no se han producido cambios suficientes desde 1972 para alterar significativamente su naturaleza.

El modelo World3 se basa en cinco variables: “la población, la producción de alimentos, la industrialización, la contaminación y el consumo de recursos naturales no renovables”[1]: 25 En el momento del estudio, todas estas variables iban en aumento y se suponía que seguirían creciendo de forma exponencial, mientras que la capacidad de la tecnología para aumentar los recursos sólo crecía de forma lineal[1] Los autores pretendían explorar la posibilidad de un patrón de retroalimentación sostenible que se conseguiría alterando las tendencias de crecimiento de las cinco variables en tres escenarios. Señalaron que sus proyecciones sobre los valores de las variables en cada escenario eran predicciones “sólo en el sentido más limitado de la palabra”, y que sólo eran indicaciones de las tendencias de comportamiento del sistema[10] Dos de los escenarios veían un “rebasamiento y colapso” del sistema global a mediados o finales del siglo XXI, mientras que un tercer escenario daba lugar a un “mundo estabilizado”[11]: 11