Quien financia el independentismo catalan

Independencia de cataluña 2020

6 de septiembre de 2017 – El jefe de gobierno independentista de Cataluña, Carles Puigdemont, anuncia un referéndum de independencia para el 1 de octubre tras conseguir el apoyo del parlamento regional controlado por los separatistas.

1 de octubre de 2017 – Alrededor de 2,3 millones de personas -alrededor del 43% de los votantes elegibles- acudieron al referéndum, que no había sido autorizado por los tribunales. Alrededor del 90% votó a favor de separarse de España, según el gobierno catalán, mientras que muchos de los que se oponen a la independencia boicotearon la votación. La policía española blandió porras contra la multitud que intentaba votar.

27 de octubre de 2017 – La mayoría de los legisladores catalanes -70 de 135- votaron a favor de reconocer el resultado del referéndum y declararon a Cataluña como nación independiente. En respuesta, Madrid impuso el gobierno directo en la región, disolviendo el parlamento y destituyendo a Puigdemont, que posteriormente huyó a Bélgica.

2 de noviembre de 2017 – Un juez español ordenó la detención preventiva del exdirigente catalán Oriol Junqueras y otros ocho exfuncionarios regionales por cargos de rebelión, sedición y malversación de fondos públicos.

Encuesta sobre la independencia de cataluña

La política de Cataluña se desarrolla en el marco de su Estatuto de Autonomía, que otorga un grado de autogobierno a Cataluña y la establece como comunidad autónoma de España con estatuto de nacionalidad, funcionando como una democracia parlamentaria. La Generalitat de Cataluña es la institución catalana de autogobierno, que incluye el Parlamento de Cataluña, el Presidente y el Consejo Ejecutivo.

La política catalana también influye en algunos aspectos de la política española debido a la presencia de partidos nacionalistas catalanes en el Parlamento español, cuyo apoyo político suele ser necesario para que cualquier ganador de las elecciones generales españolas forme mayorías. El actualmente extinto Convergencia y Unión había sido descrito como “durante mucho tiempo el partido político dominante de la región”[1] La política catalana también destaca, en menor medida, por la influencia ejercida por el Partido Socialista de Cataluña sobre su partido mayoritario hermano, el Partido Socialista Obrero Español (PSOE). [Recientemente, el estatus constitucional de Cataluña fue objeto de una disputa entre el Gobierno de España, que la considera una comunidad autónoma dentro del Reino de España, y la República Catalana, declarada unilateralmente, que se considera un estado soberano independiente[2].

Independencia de cataluña 2021

Sólo unos días después de lo que algunos consideraron un paso hacia la concordia entre el gobierno español y los catalanes independentistas, ex políticos catalanes y sus asociados vinculados al movimiento independentista han sido acusados de millones de euros por el mal uso de fondos públicos.

En una reciente resolución del Consejo de Europa, la Asamblea Parlamentaria señaló -en referencia a España- que “la mera expresión de opiniones independentistas no es motivo de procesamiento penal”. Sin embargo, los embargos aplicados por el Tribunal de Cuentas no parecen respetar este principio.

El Tribunal de Cuentas -criticado por estar fuertemente politizado y famoso por sus casos de nepotismo- es el órgano supremo de la contabilidad gubernamental de España -encargado de controlar las cuentas públicas y auditar la contabilidad de los partidos políticos, de acuerdo con la Constitución española-.

El PP ha bloqueado la renovación de los interventores del tribunal, en lo que muchos consideran una flexión de su control sobre el organismo en un momento clave. El bloqueo que mantienen en órganos institucionales clave se acompaña ahora del argumento de que: “el ejecutivo de Pedro Sánchez ha demostrado que no es de fiar”.

Cataluña

Los catalanes no bailan flamenco y han prohibido las corridas de toros por considerarlas crueles y bárbaras. Forman parte de una nación distinta y orgullosa con su propia lengua, historia, cultura y bandera, y esa identidad separada ha sobrevivido a los brutales intentos de Franco de suprimir la lengua catalana en las décadas posteriores a la Guerra Civil. Los partidarios de la independencia argumentan que su lengua y su cultura no son suficientemente respetadas por el gobierno central español, y les preocupa que, a menos que se haga algo, su cultura sea absorbida.

Nos arriesgamos a abrir la caja de Pandora si Cataluña se independiza. Los nacionalistas de Escocia, Flandes, Padania, Madeira, Baviera, Escania y otros lugares también claman por la independencia (¡y eso sólo en Europa Occidental!). Europa podría acabar dividida en un mosaico de microestados en disputa, cada vez más reducidos. En un momento de profunda crisis y de creciente nacionalismo populista, la prisa por separarse podría crear un peligroso potencial de conflicto.

Cada año, los catalanes se ven obligados a contribuir con miles de millones de sus impuestos duramente ganados a las arcas del gobierno español en Madrid (pagando unos diez mil millones más de lo que recibe). Estas exigencias han endeudado a Cataluña y han dejado a un país rico con dificultades para proporcionar servicios básicos a su propia población. La negativa del gobierno de Madrid a conceder a Cataluña incluso la autonomía fiscal básica de la que goza el País Vasco demuestra que, según este argumento, sólo a través de la independencia podrá Barcelona tomar el control de sus finanzas y de su futuro económico. La ruptura puede ser suave y no hay ninguna razón por la que la República Catalana no pueda permanecer en la Unión Europea, en la zona euro y en el espacio Schengen.