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Tasa natural de desempleo
Tasa natural de desempleo curva de phillips
El término “natural” en la tasa natural de desempleo es un término erróneo, en la medida en que el desempleo no se produce en la naturaleza. El concepto es especialmente engañoso porque muchos economistas y comentaristas de los medios de comunicación lo equiparan indebidamente con el “pleno” empleo. Como consecuencia, el subempleo endémico se acepta como un atributo inevitable del mercado laboral. Esto es inexacto en la medida en que el concepto supone que la estructura institucional del mercado laboral se mantiene constante. Sin embargo, con una reestructuración creativa de ese mercado nuestro objetivo debería ser reducir la tasa de subempleo al 1,2%, la tasa que se obtenía en 1944 y que probablemente representa la tasa límite inferior físicamente alcanzable. En lugar del sistema imperante, es necesario reconocer el derecho al trabajo como un derecho natural, porque de él depende el derecho a la vida. Se proponen varias formas de crear un mercado laboral inclusivo que distribuya el trabajo disponible de forma más equitativa que el sistema actual.
Significado de la tasa natural de desempleo
La tasa natural de desempleo es el nombre que recibió un concepto clave en el estudio de la actividad económica. Milton Friedman y Edmund Phelps, al abordar este problema “humano” en la década de 1960, recibieron el Premio Nobel de Economía por su trabajo, y el desarrollo del concepto se cita como una de las principales motivaciones del premio. Un resumen simplista del concepto es: “La tasa natural de desempleo, cuando una economía se encuentra en un estado estable de “pleno empleo”, es la proporción de la mano de obra que está desempleada”. Dicho de otro modo, este concepto aclara que el término económico “pleno empleo” no significa “desempleo cero”[1][2] Representa la tasa de desempleo hipotética consistente con que la producción agregada se encuentre en el nivel de “largo plazo”. Este nivel es coherente con la producción agregada en ausencia de diversas fricciones temporales, como el ajuste incompleto de los precios en los mercados de trabajo y de bienes. La tasa natural de desempleo corresponde, por tanto, a la tasa de desempleo que prevalece bajo una visión clásica de la determinación de la actividad.
Subempleo
La tasa natural de desempleo es el nombre que recibió un concepto clave en el estudio de la actividad económica. Milton Friedman y Edmund Phelps, al abordar este problema “humano” en los años 60, recibieron el Premio Nobel de Economía por su trabajo, y el desarrollo del concepto se cita como una de las principales motivaciones del premio. Un resumen simplista del concepto es: “La tasa natural de desempleo, cuando una economía se encuentra en un estado estable de “pleno empleo”, es la proporción de la población activa que está desempleada”. Dicho de otro modo, este concepto aclara que el término económico “pleno empleo” no significa “desempleo cero”[1][2] Representa la tasa de desempleo hipotética consistente con que la producción agregada esté en el nivel de “largo plazo”. Este nivel es coherente con la producción agregada en ausencia de diversas fricciones temporales, como el ajuste incompleto de los precios en los mercados de trabajo y de bienes. La tasa natural de desempleo corresponde, por tanto, a la tasa de desempleo que prevalece bajo una visión clásica de la determinación de la actividad.
Fórmula de la tasa natural de desempleo
A partir de Milton Friedman y Edmund Phelps, los académicos y los responsables políticos se han esforzado por medir un nivel sostenible de desempleo y las implicaciones que las desviaciones de este nivel tienen para la inflación de precios y salarios. Esta tasa natural de desempleo, u*, se define a grandes rasgos como la tasa de desempleo en la que, controlando las perturbaciones de la oferta, la inflación se mantiene estable.
Las tendencias a largo plazo del mercado laboral y los cambios en las expectativas de inflación dificultan la determinación de esta tasa natural de desempleo. En concreto, el espectacular descenso tendencial del desempleo y el simultáneo anclaje de las expectativas de inflación desde la década de 1980 han suscitado amplios debates en los círculos políticos y académicos. Mi trabajo reciente se centra en la utilización de datos detallados sobre los flujos del mercado laboral y las expectativas de inflación para estimar la tasa natural de desempleo.
Una idea útil de mi investigación con Michael Elsby y Bart Hobijn es que los orígenes de los flujos de los movimientos de la tasa de desempleo proporcionan información útil sobre los motores subyacentes de las fluctuaciones y tendencias del desempleo.1 La idea es simple: la tasa de desempleo aumenta porque más trabajadores se quedan sin trabajo (las entradas aumentan) o porque a los desempleados les resulta más difícil salir del desempleo (las salidas disminuyen). El examen visual de las tasas de entrada y salida en la Figura 1 muestra que la tasa de entrada se caracteriza por picos bruscos y de corta duración durante las recesiones, mientras que la tasa de salida del desempleo es fuertemente procíclica con bajadas persistentes durante las recesiones. El gráfico también muestra las tendencias seculares de estas tasas de flujo, estimadas utilizando datos de flujo por demografía detallada con un método de espacio de estados que desarrollé con Crump, Eusepi y Giannoni.2 Los dos flujos que conforman la evolución de la tasa de desempleo a lo largo del tiempo muestran tendencias diferenciales a largo plazo. La tasa de entrada tiene una llamativa tendencia a la baja que disminuye gradualmente hasta el 0,02, y la mitad de su nivel precede a las recesiones gemelas de principios de los 80. Por el contrario, la tasa de salida no presenta un comportamiento tendencial evidente.