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Redistribución de la renta
Métodos de redistribución de la renta
George Stigler (1970) ha proporcionado una base teórica para la supuesta regularidad empírica encontrada por Aaron Director, de que la redistribución de la renta va desde los pobres y los ricos hacia las clases medias. Sin embargo, su argumento sólo es aplicable para describir las democracias representativas modernas bajo supuestos relativamente fuertes y poco realistas, lo que hace que equilibrios alternativos de redistribución de la renta sean igualmente plausibles. En este artículo, se examina la literatura teórica y empírica sobre la economía política de la redistribución de la renta, con especial atención a los resultados más recientes de la literatura de economía política comparada. Las comparaciones entre las democracias presidenciales y parlamentarias, los sistemas de representación mayoritaria y proporcional, la democracia directa y representativa o el federalismo y el unitarismo son las distinciones más importantes que se examinan. Además, analizamos el impacto de estas diferentes instituciones en la redistribución de la renta de forma econométrica, recurriendo a tres conjuntos de datos diferentes. Sin embargo, a diferencia de la mayor parte de la literatura de economía política comparada, no medimos la redistribución de la renta mediante programas de gasto concretos o impuestos redistributivos, sino mediante los coeficientes de Gini, que permiten centrarse en la redistribución de la renta lograda por el Estado.Redner/-inTermin
Ejemplos de redistribución de la renta
Tras años de cuasi-descuido, la desigualdad económica ha pasado a ocupar el centro del debate político en todo el mundo. En las economías avanzadas, el aparente impacto de la globalización y el cambio tecnológico, así como el coste de contrarrestar estas fuerzas, están suscitando preocupación. En las economías en desarrollo, donde la desigualdad es mayor, la cuestión es si supone un obstáculo importante para aumentar el crecimiento y reducir la pobreza. En ambos casos, la redistribución de la renta podría lograr no sólo una mayor igualdad sino también un crecimiento más rápido y, en el caso de las economías en desarrollo, una reducción más rápida de la pobreza.
En los países en los que el crecimiento es satisfactorio pero beneficia mucho menos a los pobres que a los que no lo son, es evidente que hay razones de peso para transferir recursos de los que están en la parte superior de la escala de ingresos a los que están en la parte inferior. Dar a los niños pobres acceso a una mejor educación y pagarla con impuestos a los ricos es una forma de reducir la desigualdad y, al mismo tiempo, fomentar el crecimiento futuro y la reducción de la pobreza. Las políticas redistributivas también podrían ayudar a reducir la brecha entre ricos y pobres en países con gran desigualdad, donde las tensiones sociales y políticas o el surgimiento de regímenes populistas podrían resultar perjudiciales para el crecimiento a largo plazo.
Cómo redistribuye el gobierno la renta
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La redistribución de la renta y la riqueza es la transferencia de renta y riqueza (incluida la propiedad física) de unos individuos a otros a través de un mecanismo social como la fiscalidad, el bienestar, los servicios públicos, la reforma agraria, las políticas monetarias, la confiscación, el divorcio o el derecho de daños[1] El término suele referirse a la redistribución en el conjunto de la economía y no entre individuos seleccionados.
Las interpretaciones de la frase varían, dependiendo de las perspectivas personales, las ideologías políticas y el uso selectivo de las estadísticas[2] Se utiliza con frecuencia en política, donde se emplea para referirse a la redistribución percibida de los que tienen más a los que tienen menos.
La inflación de la redistribución de la renta
Tras años de cuasi-descuido, la desigualdad económica ha pasado a ocupar el centro del debate político en todo el mundo. En las economías avanzadas, el aparente impacto de la globalización y el cambio tecnológico, así como el coste de contrarrestar estas fuerzas, están suscitando preocupación. En las economías en desarrollo, donde la desigualdad es mayor, la cuestión es si supone un obstáculo importante para aumentar el crecimiento y reducir la pobreza. En ambos casos, la redistribución de la renta podría lograr no sólo una mayor igualdad sino también un crecimiento más rápido y, en el caso de las economías en desarrollo, una reducción más rápida de la pobreza.
En los países en los que el crecimiento es satisfactorio pero beneficia mucho menos a los pobres que a los que no lo son, es evidente que hay razones de peso para transferir recursos de los que están en la parte superior de la escala de ingresos a los que están en la parte inferior. Dar a los niños pobres acceso a una mejor educación y pagarla con impuestos a los ricos es una forma de reducir la desigualdad y, al mismo tiempo, fomentar el crecimiento futuro y la reducción de la pobreza. Las políticas redistributivas también podrían ayudar a reducir la brecha entre ricos y pobres en países con gran desigualdad, donde las tensiones sociales y políticas o el surgimiento de regímenes populistas podrían resultar perjudiciales para el crecimiento a largo plazo.