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Que quieren los catalanes
la independencia de cataluña explicada
Imagínese que su país votara a favor de la independencia, que luego se ignorara ese voto y que sus líderes políticos fueran encarcelados o exiliados.Tras el referéndum de independencia de Cataluña, Clara Ponsatí, consejera de Educación, junto con el presidente del Gobierno, Carles Puigdemont, fueron acusados de sedición. Tuvieron que abandonar Cataluña y autoexiliarse, y siete de su antiguo gabinete
Imagínese que su país votara a favor de la independencia, que luego se ignorara ese voto y que sus líderes políticos fueran encarcelados o exiliados.Tras el referéndum de independencia de Cataluña, Clara Ponsatí, ministra de Educación, junto con el primer ministro Carles Puigdemont, fueron acusados de sedición. Tuvieron que abandonar Cataluña y autoexiliarse, y siete de sus antiguos compañeros de gabinete fueron encarcelados. El caso de los catalanes es un libro de referencia que explica la injusticia a la que se han enfrentado los catalanes al ser marginados con sus convicciones políticas declaradas ilegales por el gobierno español.En este libro, Ponsatí y su equipo de influyentes académicos analizan el futuro del pueblo catalán y las tensiones políticas y sociales que llevaron al polémico referéndum. Con un estilo claro y accesible, pretenden educar al mayor número posible de personas, estén o no interesadas en la política, sobre el extraordinariamente atrasado proceso democrático que actualmente define la identidad nacional de España y que ha desafiado la decidida voluntad del pueblo catalán.
historia de cataluña
Intelectualmente, se puede decir que el nacionalismo catalán moderno comenzó como filosofía política en los intentos fallidos de establecer un estado federal en España en el contexto de la Primera República (1873-1874). Valentí Almirall i Llozer y otros intelectuales que participaron en este proceso establecieron una nueva ideología política en el siglo XIX, para restaurar el autogobierno, así como para obtener el reconocimiento de la lengua catalana. Estas reivindicaciones se resumieron en las llamadas Bases de Manresa en 1892.
Al principio tuvo muy poco apoyo[1], pero después de la Guerra Hispano-Americana, en la que Estados Unidos invadió y anexionó la última de las colonias españolas, estas primeras etapas del catalanismo crecieron en apoyos, sobre todo por el debilitamiento de la posición internacional española tras la guerra y la pérdida de los dos principales destinos de las exportaciones catalanas (Cuba y Puerto Rico).
Durante los primeros siglos de la Reconquista, los francos expulsaron a los musulmanes al sur de los Pirineos. Para evitar futuras incursiones, Carlomagno creó en el año 790 la Marca Hispánica, que consistía en una serie de pequeños reinos que servían de estados tapón entre el reino franco y Al-Andalus.
la población de cataluña
El referéndum independentista catalán de 2017, también conocido por el numeral 1-O (por “1 de octubre”) en los medios de comunicación españoles, fue un referéndum independentista celebrado el 1 de octubre de 2017 en la comunidad autónoma española de Cataluña, aprobado por el Parlamento de Cataluña como Ley del Referéndum de Autodeterminación de Cataluña y convocado por la Generalitat de Cataluña. [2][3][4] Fue declarada inconstitucional[5][6][7] el 7 de septiembre de 2017 y suspendida por el Tribunal Constitucional de España tras un requerimiento del Gobierno español, que la declaró contraria a la Constitución Española. [8][9][10] Además, a principios de septiembre el Tribunal Superior de Justicia de Cataluña había emitido órdenes a la policía para tratar de impedirlo, incluyendo la detención de varias personas responsables de su preparación.[11][12][13] Debido a las presuntas irregularidades durante el proceso de votación, así como al uso de la fuerza por parte del Cuerpo Nacional de Policía y la Guardia Civil, los observadores internacionales invitados por la Generalitat declararon que el referéndum no cumplía con los estándares internacionales mínimos para las elecciones.[14][15][16]
cataluña españa
Los catalanes no bailan flamenco y han prohibido las corridas de toros por considerarlas crueles y bárbaras. Forman parte de una nación distinta y orgullosa con su propia lengua, historia, cultura y bandera, y esa identidad separada ha sobrevivido a los brutales intentos de Franco de suprimir la lengua catalana en las décadas posteriores a la Guerra Civil. Los partidarios de la independencia argumentan que su lengua y su cultura no son suficientemente respetadas por el gobierno central español, y les preocupa que, a menos que se haga algo, su cultura sea absorbida.
Nos arriesgamos a abrir la caja de Pandora si Cataluña se independiza. Los nacionalistas de Escocia, Flandes, Padania, Madeira, Baviera, Escania y otros lugares también claman por la independencia (¡y eso sólo en Europa Occidental!). Europa podría acabar dividida en un mosaico de microestados en disputa, cada vez más reducidos. En un momento de profunda crisis y de creciente nacionalismo populista, la prisa por separarse podría crear un peligroso potencial de conflicto.
Cada año, los catalanes se ven obligados a contribuir con miles de millones de sus impuestos duramente ganados a las arcas del gobierno español en Madrid (pagando unos diez mil millones más de lo que recibe). Estas exigencias han endeudado a Cataluña y han dejado a un país rico con dificultades para proporcionar servicios básicos a su propia población. La negativa del gobierno de Madrid a conceder a Cataluña incluso la autonomía fiscal básica de la que goza el País Vasco demuestra que, según este argumento, sólo a través de la independencia podrá Barcelona tomar el control de sus finanzas y de su futuro económico. La ruptura puede ser suave y no hay ninguna razón por la que la República Catalana no pueda permanecer en la Unión Europea, en la zona euro y en el espacio Schengen.