Entidades financieras en españa
Barclays
Madrid es el centro financiero eminente de España y también se distingue como el centro financiero más competitivo dentro del sur de Europa (Global Financial Centres Index 2018). Por ello, las principales empresas financieras de España se concentran allí. Casi 18.000, o el 19%, de las empresas financieras, de seguros, contables y de servicios de España tienen su sede en Madrid.
La concentración sectorial es aún mayor en el caso de las grandes empresas, ya que el 60% de las compañías de seguros y servicios financieros con más de 50 empleados tienen su sede en Madrid. Como capital, es el lugar más adecuado para las grandes empresas internacionales que ofrecen una amplia gama de servicios profesionales.
En Madrid se encuentran las sedes de los principales bancos españoles, como Santander, BBVA, Bankinter, Bankia, así como de instituciones financieras. La práctica totalidad de los bancos y fondos de inversión extranjeros que operan en España tienen oficinas en Madrid, como ICBC, Bank of America, Societé Générale, Espirito Santo, BNP Paribas, Deutsche Bank, Lloyds, ING. Otras instituciones con sede u oficinas nacionales en Madrid son el BID, el Banco Europeo de Inversiones y la OICV.
Bankinter
Deutsche Bank España es el único banco global internacional en el país. Replica con éxito el modelo del Grupo en Alemania y ofrece todos los servicios financieros de un banco universal a través de cuatro divisiones. De este modo, los clientes se benefician de la generación de sinergias derivadas de la actividad de las distintas áreas.
Private & Commercial Bank ofrece servicios financieros para clientes privados y empresas. Además de los productos transaccionales habituales, el banco tiene una amplia experiencia y conocimiento en productos de inversión y aporta un gran valor añadido en comercio exterior, gestión de riesgos y tesorería en la banca de empresas.
Deutsche Bank Wealth Management Es el área especializada en la gestión integral de grandes patrimonios. La propuesta diferencial se basa en la capacidad de ofrecer soluciones personalizadas utilizando todos los recursos de un banco global con una atención local personalizada.
La división está en el centro de la actividad de Deutsche Bank y atiende a clientes corporativos y comerciales. Se une al área de Global Transaction Banking (GTB) y al negocio de banca comercial en Alemania.
Citibank
El Banco Santander era el mayor banco de España en junio de 2020, con unos activos totales en todo el mundo de aproximadamente 1,57 billones de euros. Los otros contendientes principales eran BBVA y CaixaBank, con 753.800 y 445.600 millones de euros en activos, respectivamente. El panorama bancario en España está marcado por la gran brecha que separa a los bancos líderes de los medianos, ya que los activos de estos últimos están lejos de alcanzar el volumen de los primeros. Sin embargo, una vez que entran en juego los activos nacionales, la situación cambia. Cuando se complete la primera oleada de fusiones, CaixaBank y Bankia se convertirán en el mayor banco de España y sus activos combinados en el país ascenderán a 665.500 millones de euros.Activos bancarios
Los préstamos y créditos constituyen uno de los activos más importantes del sector bancario. El volumen de préstamos a hogares, empresas y otros bancos en España disminuyó en la última década, pasando de 2,1 a 1,6 billones de euros entre 2010 y 2020. Otros activos bancarios destacados son los depósitos en bancos centrales y otras entidades de crédito, y los instrumentos financieros. En cuanto a estos últimos, las entidades de crédito españolas constituyen uno de los mayores compradores de deuda pública. La gran demanda de letras y bonos del Tesoro español, junto con la confianza de los inversores y la mejora de la calificación crediticia, han hecho bajar los rendimientos de los bonos. El rendimiento medio de los bonos del Estado a largo plazo se desplomó después de 2012, y en 2020 se situó aproximadamente en el 0,4%.Solvencia y liquidez de los bancos
Capital uno
La economía española continuó en 2019 la senda de suave desaceleración iniciada cuatro años antes. La tasa de crecimiento se situó en un aceptable 2% anual, cuatro puntos porcentuales menos que el comportamiento de 2018. La desaceleración económica se debió en su totalidad a la demanda interna. Además, el crecimiento de las exportaciones también perdió fuerza, en línea con el deterioro del contexto internacional. Las importaciones, por su parte, experimentaron una desaceleración más intensa que las exportaciones, en línea con el ajuste observado en la demanda interna. A su vez, el saldo de la balanza por cuenta corriente siguió siendo positivo, con un valor equivalente al 1,6% del PIB.
El crecimiento del PIB se vio impulsado principalmente por una fuerte senda de creación de empleo y el apalancamiento de la economía en el crédito debido a las favorables condiciones financieras. La productividad, talón de Aquiles de la recuperación, cayó un 0,3%, sumando dos años de reducción continua.
El déficit presupuestario se situó en el 2,5% del PIB, el mismo resultado que en el año anterior, lo que significa que en 2019 no se avanzó en la senda de consolidación presupuestaria. En cuanto al endeudamiento público, el saldo de la deuda pública viva se situó en el 96,9% del PIB.