La locura de don quijote

Discurso de don quijote

En el episodio anterior, Don Quijote había sido sacado de la posada, en una jaula a lomos de un carro de bueyes. Para mantener el engaño del encantamiento con el que se había logrado, el cura y su amigo el barbero llevaban máscaras. En el camino se encontraron con el canónigo de Toledo, que resultó ser un aficionado a los cuentos de caballería. El cura le explicó al canónigo la situación del caballero y discutieron sobre los vicios y virtudes de la ficción popular. El grupo llegó a un hermoso valle donde se detuvo para descansar y alimentarse. Esto le dio a Sancho Panza la oportunidad de hablar a solas con su señor, y tratar de explicarle el engaño bajo el que se había llevado al caballero. Al final de la misma, don Quijote admitió que necesitaba ser relevado a toda prisa.

Sancho Panza aprovechó esta necesidad física como prueba de que no había ningún encantamiento, y se ofreció a encontrar la manera de liberar al caballero, lo que éste aceptó. Cuando el carretero desenganchó sus bueyes para dejarlos pastar, Sancho preguntó al cura si su señor podía ser liberado de su jaula para atender su urgente llamada de la naturaleza, dando su garantía de que el caballero no intentaría escapar. Don Quijote también dio su palabra.

Tema de don quijote

El Quijote es sin duda la obra más importante en lengua española de todos los tiempos. La forma en que Miguel de Cervantes y Saavedra lleva la trama y muestra su crítica a la sociedad de la España del siglo XNUMX a través de la locura de su protagonista, es simplemente magistral.

Desde el principio nos encontramos con un hombre que pierde la cabeza por tanta escritura caballeresca y se lanza a derrotar gigantes imaginarios y a rescatar doncellas que no se lo han pedido. Pero, ¿cuánto de locura había realmente en el Quijote? Lo cierto es que lo que Cervantes buscaba, con lo que parece una simple historia, era desnudar las realidades que se esconden tras las intrincadas relaciones humanas de una época única en la nación española.

Si en algo destacó Miguel de Cervantes y Saavedra fue en su inteligencia y sagacidad para expresarse con su pluma. La locura del Quijote, pues, no fue más que una excusa para dar rienda suelta a lo que tanto guardaba después de tantas injusticias observadas y vividas, después de las batallas, después de tantos cuadros de desigualdad, después de la existencia misma.

Citas de don quijote con números de página

En abril de este año, España conmemoró el 400 aniversario de la muerte de Miguel de Cervantes Saavedra, autor de El ingenioso Don Quijote de la Mancha. Cervantes es posiblemente uno de los autores en lengua española más famosos de la historia -y sin duda el autor más conocido de España- y su novela se ha convertido en una de las piezas más célebres de la literatura española. Para muchos, no sólo es una obra fundamental, sino también uno de los primeros ejemplos de narrativa literaria moderna. Ahora, cuatrocientos años después de la muerte de su autor, la influencia del libro en la cultura popular española y en el mundo se sigue sintiendo. Desde los refranes populares, pasando por las adaptaciones cinematográficas y las apropiaciones lingüísticas -el término “quijotesco” tiene su origen en esta novela- hasta incluso las referencias en videojuegos recientes. Teniendo en cuenta esto, merece la pena volver a visitar al protagonista de este relato y examinar la locura que define su carácter, así como la tragedia subyacente e ineludible que rodea al desquiciado caballero y sus aventuras.

Estructura narrativa de don quijote

¿Y a qué puede dar a luz mi mente estéril y mal cultivada sino a la historia de un niño seco y arrugado, caprichoso y lleno de extravagantes fantasías que nadie ha imaginado jamás, un niño nacido, al fin y al cabo, en la cárcel, donde todo malestar tiene su asiento y todo lúgubre sonido su morada?

En fin, nuestro hidalgo se enfrascó pronto en estos libros de tal manera que sus noches las pasaba leyendo desde el atardecer hasta el amanecer, y sus días desde el amanecer hasta el atardecer, hasta que la falta de sueño el exceso de lectura le marchitó el cerebro, y se volvió loco. … La idea de que todo este entramado de famosas fabricaciones era real se instaló de tal manera en su mente que ninguna historia del mundo fue más verdadera para él.

Y como todo lo que nuestro aventurero pensaba, veía o imaginaba le parecía tal como estaba en los libros que había leído, en cuanto vio la posada la tomó por un castillo con sus cuatro torres y sus agujas de plata brillante.

Es posible que, al no haber sido armado caballero, como yo, los encantamientos de este lugar no le afecten, y que su entendimiento esté despejado, y que pueda formarse juicios sobre los asuntos del castillo como son real y verdaderamente, y no como me parecieron a mí.