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Alcala zamora presidente de la republica
primera república española
Niceto Alcalá-Zamora y Torres (6 de julio de 1877 – 18 de febrero de 1949) fue un abogado y político español que ocupó, brevemente, el cargo de primer ministro de la Segunda República Española, y luego -de 1931 a 1936- el de presidente.
Abogado de profesión, desde muy joven militó en el Partido Liberal. Elegido diputado, pronto ganó fama por sus elocuentes intervenciones en el Congreso de los Diputados, llegando a ser ministro de Fomento en 1917 y de Guerra en 1922, formando parte de los gobiernos de concentración presididos por García Prieto. También fue representante de España en la Sociedad de Naciones.
Decepcionado por la aceptación por parte del Rey, Alfonso XIII, del golpe de Estado del general Miguel Primo de Rivera el 13 de septiembre de 1923, Alcalá-Zamora no colaboró con el nuevo régimen. Tras la salida del dictador en 1930, se declaró republicano en un mitin celebrado el 13 de abril en el teatro Apolo de Valencia. Fue uno de los instigadores del Pacto de San Sebastián. El fracaso de la sublevación militar (Revuelta de Jaca), en Aragón, de ese mismo año le llevó a la cárcel, como miembro del comité revolucionario. Pero abandonó la cárcel tras las elecciones municipales del 12 de abril de 1931. En estas elecciones, aunque los candidatos monárquicos obtuvieron más votos en general que los republicanos, éstos obtuvieron tan buenos resultados en las ciudades de la provincia que Alfonso pronto abandonó el poder. Sin esperar a unas nuevas elecciones, Alcalá-Zamora se puso al frente de un gobierno provisional revolucionario, convirtiéndose en el 122º Presidente del Gobierno, que ocupó los ministerios en Madrid el 14 de abril y que proclamó la Segunda República Española.
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La Segunda República Española (1931-36) fue el único régimen democrático liberal nuevo que surgió en Europa durante la década de 1930. Sin embargo, los historiadores se han centrado principalmente en la Guerra Civil de 1936-39 que la siguió, dedicando mucha menos atención al régimen parlamentario que la precedió. Este libro aborda la historia y el fracaso de la política democrática en España a través de un examen detallado de las iniciativas de su presidente, Niceto Alcalá Zamora. Como funcionario, abogado, político y escritor, en 1931 se había convertido en uno de los hombres más exitosos de España. Protagonizó la caída de la monarquía y la inauguración de la República, a la que sirvió durante ocho meses como primer ministro inicial y luego como primer presidente.
El estudio de Stanley Payne sostiene que el fracaso de la República no fue inevitable, sino que dependió de las decisiones políticas de su presidente y de los principales dirigentes del partido. El objetivo declarado de Alcalá Zamora era “centrar la República”, estabilizando el nuevo régimen y evitando los extremos, pero fracasó por completo en este proyecto. La Constitución de 1931 estipulaba la “doble responsabilidad” del gobierno parlamentario, tanto al presidente como a la mayoría de votos. Aunque Alcalá Zamora resistió los fuertes esfuerzos de la izquierda para anular los resultados de las primeras elecciones plenamente democráticas de 1933, posteriormente utilizó sus poderes de forma temeraria, haciendo y deshaciendo gobiernos a su antojo, negándose a permitir el funcionamiento normal del parlamento.
alfonso xiii
Prefacio del editor de la serie Nigel Townson 1 Un liberal monárquico (1877-1923) 2 De monárquico a republicano (1923-1931) 3 La batalla por la Constitución (1931) 4 El bienio reformista (1931-1933) 5 Las elecciones de 1933 y la victoria del centro y la derecha 6 Los gobiernos de centro y la insurrección revolucionaria de 1934 7 El gobierno del centro- derecha (1934-1935) 8 Alcalá Zamora pone fin al gobierno parlamentario (1935-1936) 9 La destitución de Alcalá Zamora (1936) Epílogo Notas Índice
general goded
En las elecciones de febrero de 1936, el 34,3% de los votos fueron para el Frente Popular, el 33,2% para los partidos conservadores y el resto para los partidos regionales y de centro. Esto dio al Frente Popular 271 escaños de los 448 de las Cortes y le permitió formar gobierno.
El gobierno del Frente Popular molestó inmediatamente a los conservadores al liberar a todos los presos políticos de izquierdas. El gobierno también introdujo reformas agrarias que penalizaban a la aristocracia terrateniente. Otras medidas fueron la concesión de autonomía política y administrativa a Cataluña.
Como resultado de estas medidas, los ricos sacaron grandes sumas de capital del país. Esto creó una crisis económica y el valor de la peseta disminuyó, lo que perjudicó al comercio y al turismo. Con la subida de los precios, los trabajadores exigieron salarios más altos. Esto provocó una serie de huelgas en España.
El gobierno de Azana tuvo dificultades para mantener el orden. Hubo una serie de huelgas, violencia, quema de iglesias y otros desórdenes. Prácticamente todas las noticias que llegaban de España durante mis primeros nueve meses se referían a estos desórdenes. Cada día se producía alguna nueva forma de violencia, alguna fase de la industria atada o alguna sangre derramada. Rex Smith, entonces director de la oficina de Associated Press en Madrid, comentó en una ocasión, con bastante acierto, que podríamos ahorrar tiempo y peajes de cable si tuviéramos formularios estereotipados hechos para Nueva York y nos refiriéramos a ellos por número para indicar las repeticiones de la violencia.