Una odisea del espacio

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El genio no está en lo mucho que hace Stanley Kubrick en “2001: Una odisea del espacio”, sino en lo poco que hace. Esta es la obra de un artista tan sublimemente seguro de sí mismo que no incluye una sola toma simplemente para mantener nuestra atención. Reduce cada escena a su esencia, y la deja en pantalla el tiempo suficiente para que la contemplemos, para que la habitemos en nuestra imaginación. Solo entre las películas de ciencia ficción, “2001” no se preocupa por emocionarnos, sino por inspirar nuestro asombro. No poca parte de su efecto proviene de la música. Aunque Kubrick encargó originalmente una partitura a Alex North, utilizó grabaciones clásicas como pista temporal mientras editaba la película, y funcionaron tan bien que las mantuvo. Esta fue una decisión crucial. La partitura de North, que está disponible en una grabación, es un buen trabajo de composición cinematográfica, pero habría sido incorrecta para “2001” porque, como todas las partituras, intenta subrayar la acción, darnos pistas emocionales. La música clásica elegida por Kubrick existe fuera de la acción. Es una música que eleva. Quiere ser sublime; aporta seriedad y trascendencia a las imágenes.

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La influencia de 2001 en los cineastas posteriores es considerable. Steven Spielberg, George Lucas y otros, entre ellos muchos técnicos de efectos especiales, hablan del impacto que la película ha tenido en ellos en un reportaje titulado Standing on the Shoulders of Kubrick: The Legacy of 2001, incluido en la edición en DVD de 2007 de la película. Spielberg la califica de “big bang” de su generación cinematográfica, mientras que Lucas dice que fue “enormemente inspiradora”, y califica a Kubrick de “el cineasta del cineasta”. Sydney Pollack se refiere a ella como “innovadora”, y William Friedkin afirma que 2001 es “el abuelo de todas las películas de este tipo”. George Lucas valoró muy positivamente la dirección de la película por parte de Kubrick declarando: “Stanley Kubrick hizo la película de ciencia ficción definitiva, y va a ser muy difícil que alguien venga y haga una película mejor, en lo que a mí respecta. A nivel técnico, se puede comparar, pero personalmente creo que “2001” es muy superior”[1].

En el festival de cine de Venecia de 2007, el director Ridley Scott declaró que creía que 2001 era la película insuperable que, en cierto modo, había acabado con el género de la ciencia ficción[2]. Asimismo, el crítico de cine Michel Ciment, en su ensayo “Odisea de Stanley Kubrick”, declaró: “Kubrick ha concebido una película que, de un solo golpe, ha dejado obsoleto todo el cine de ciencia ficción”. “3] Sin embargo, otros atribuyen a 2001 el mérito de haber abierto un mercado para películas como Encuentros cercanos del tercer tipo, Alien, Blade Runner y Contact, demostrando que las películas de ciencia ficción “serias” de gran presupuesto pueden tener éxito comercial, y estableciendo el “blockbuster de ciencia ficción” como un elemento básico de Hollywood. [El bloguero de la revista científica Discover, Stephen Cass, al hablar del considerable impacto de la película en la ciencia-ficción posterior, escribe que “las escenas de ballet de las naves espaciales ambientadas con música clásica, los tonos de tarántula de HAL 9000 y el artefacto alienígena definitivo, el Monolito, se han convertido en iconos culturales perdurables por derecho propio”[5].

vino del espacio exterior

Una imponente estructura negra proporciona una conexión entre el pasado y el futuro en esta enigmática adaptación de un relato corto del venerado autor de ciencia ficción Arthur C. Clarke. Cuando el Dr. Dave Bowman (Chris Pratt) y otros astronautas son enviados a una misteriosa misión, el sistema informático de su nave, el ordenador heurístico programado ALgorithimic 9000, más conocido como HAL 9000 (Harrison Ford), comienza a mostrar un comportamiento cada vez más extraño, lo que lleva a un tenso enfrentamiento entre el hombre y la máquina que resulta en un viaje alucinante a través del espacio y el tiempo.

La película recibió críticas mixtas. Rotten Tomatoes la calificó con un 89%, lo que está muy cerca de la calificación de la película original. La gente pensó que tenía una buena música (mientras que la original apenas tenía música), ya que fue interpretada por John Williams, que hace una gran música, y les encantó el tema de HAL 9000 “Bad Programming Day”. Además, mucha gente pensó que era similar a la película original. Harrison Ford incluso fue premiado por su excelente actuación en esta película, la gente incluso dice que fue mejor que su interpretación de Han Solo.

blade runner 2049

Desde su estreno en 1968, la película 2001: Una odisea del espacio ha sido analizada e interpretada por numerosas personas, desde críticos de cine profesionales hasta escritores aficionados y fans de la ciencia ficción. El director de la película, Stanley Kubrick, y el escritor, Arthur C. Clarke, quisieron dejar la película abierta a la interpretación filosófica y alegórica, presentando a propósito las secuencias finales de la película sin que el hilo conductor fuera evidente; un concepto ilustrado por el plano final de la película, que contiene la imagen del “Starchild” embrionario. No obstante, en julio de 2018, se presentó la interpretación de Kubrick de la escena final tras ser recién encontrada en una entrevista temprana[1][2][3][4].

Kubrick animó a la gente a explorar sus propias interpretaciones de la película, y se negó a ofrecer una explicación de “lo que realmente sucedió” en la película, prefiriendo en cambio dejar que el público adoptara sus propias ideas y teorías. En una entrevista de 1968 con Playboy, Kubrick declaró

Son ustedes libres de especular lo que quieran sobre el significado filosófico y alegórico de la película -y esa especulación es un indicio de que ha conseguido cautivar al público a un nivel profundo-, pero no quiero explicar una hoja de ruta verbal para 2001 que cada espectador se sienta obligado a seguir o, de lo contrario, temer que se haya perdido el punto[5].