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Primeros síntomas cáncer de tiroides
Síntomas del cáncer de tiroides en las mujeres
El tiroides es una glándula del tamaño de un cuarto, con forma de mariposa, que envuelve la tráquea. Produce hormonas que controlan la temperatura del cuerpo, el ritmo cardíaco y el metabolismo. Las hormonas tiroideas también regulan la cantidad de calcio presente en la sangre.
En sus primeras etapas, el cáncer de tiroides puede no mostrar signos o síntomas. En muchos casos, el cáncer de tiroides se descubre durante un examen rutinario del cuello o durante una exploración por imagen realizada para diagnosticar otra enfermedad. Normalmente, no se puede sentir la tiroides simplemente con el tacto. Pero cuando el cáncer está presente, puede formarse un bulto a medida que el tumor aumenta de tamaño.
La mayoría de las veces, el cáncer de tiroides provoca un bulto y/o una hinchazón en el cuello, pero también puede causar dificultad para respirar o tragar, así como ronquera vocal. Otros síntomas son el dolor de cuello que puede irradiarse hasta los oídos o una tos persistente no causada por la enfermedad. Si experimenta algún síntoma, es importante que acuda a su médico para que le diagnostique.
El signo temprano más común del cáncer de tiroides es un bulto, nódulo o hinchazón inusual en el cuello. Si nota un bulto nuevo o que crece, debe acudir a su médico, que puede realizar pruebas adicionales para identificar la causa y determinar si se trata de un tumor. La mayoría de los nódulos de la tiroides suelen ser benignos, pero es importante que un profesional de la salud examine cualquier crecimiento inusual.
Cómo te hace sentir el cáncer de tiroides
El cáncer de tiroides es un cáncer que se desarrolla a partir de los tejidos de la glándula tiroides.[1] Es una enfermedad en la que las células crecen de forma anormal y tienen el potencial de propagarse a otras partes del cuerpo.[7][8] Los síntomas pueden incluir hinchazón o un bulto en el cuello.[1] El cáncer también puede aparecer en la tiroides después de haberse propagado desde otros lugares, en cuyo caso no se clasifica como cáncer de tiroides.[3]
Los factores de riesgo incluyen la exposición a la radiación a una edad temprana, el agrandamiento de la tiroides y los antecedentes familiares.[1][2] Los cuatro tipos principales son el cáncer de tiroides papilar, el cáncer de tiroides folicular, el cáncer de tiroides medular y el cáncer de tiroides anaplásico.[3] El diagnóstico suele basarse en la ecografía y la aspiración con aguja fina.[1] A partir de 2017 no se recomienda el cribado de personas sin síntomas y con un riesgo normal de padecer la enfermedad.[9]
Las opciones de tratamiento pueden incluir la cirugía, la radioterapia, incluido el yodo radiactivo, la quimioterapia, la hormona tiroidea, la terapia dirigida y la espera vigilante.[1] La cirugía puede implicar la extirpación de una parte o de toda la tiroides.[3] Las tasas de supervivencia a cinco años son del 98 % en los Estados Unidos.[4]
¿qué causa el cáncer de tiroides?
El cáncer de tiroides es un cáncer que se desarrolla a partir de los tejidos de la glándula tiroides.[1] Es una enfermedad en la que las células crecen de manera anormal y tienen el potencial de propagarse a otras partes del cuerpo.[7][8] Los síntomas pueden incluir hinchazón o un bulto en el cuello.[1] El cáncer también puede aparecer en la tiroides después de haberse propagado desde otros lugares, en cuyo caso no se clasifica como cáncer de tiroides.[3]
Los factores de riesgo incluyen la exposición a la radiación a una edad temprana, el agrandamiento de la tiroides y los antecedentes familiares.[1][2] Los cuatro tipos principales son el cáncer de tiroides papilar, el cáncer de tiroides folicular, el cáncer de tiroides medular y el cáncer de tiroides anaplásico.[3] El diagnóstico suele basarse en la ecografía y la aspiración con aguja fina.[1] A partir de 2017 no se recomienda el cribado de personas sin síntomas y con un riesgo normal de padecer la enfermedad.[9]
Las opciones de tratamiento pueden incluir la cirugía, la radioterapia, incluido el yodo radiactivo, la quimioterapia, la hormona tiroidea, la terapia dirigida y la espera vigilante.[1] La cirugía puede implicar la extirpación de una parte o de toda la tiroides.[3] Las tasas de supervivencia a cinco años son del 98 % en los Estados Unidos.[4]
Cáncer de tiroides síntomas de fatiga
El cáncer de tiroides es un cáncer que se desarrolla a partir de los tejidos de la glándula tiroides.[1] Es una enfermedad en la que las células crecen de manera anormal y tienen el potencial de propagarse a otras partes del cuerpo.[7][8] Los síntomas pueden incluir hinchazón o un bulto en el cuello.[1] El cáncer también puede aparecer en la tiroides después de haberse propagado desde otros lugares, en cuyo caso no se clasifica como cáncer de tiroides.[3]
Los factores de riesgo incluyen la exposición a la radiación a una edad temprana, el agrandamiento de la tiroides y los antecedentes familiares.[1][2] Los cuatro tipos principales son el cáncer de tiroides papilar, el cáncer de tiroides folicular, el cáncer de tiroides medular y el cáncer de tiroides anaplásico.[3] El diagnóstico suele basarse en la ecografía y la aspiración con aguja fina.[1] A partir de 2017 no se recomienda el cribado de personas sin síntomas y con un riesgo normal de padecer la enfermedad.[9]
Las opciones de tratamiento pueden incluir la cirugía, la radioterapia, incluido el yodo radiactivo, la quimioterapia, la hormona tiroidea, la terapia dirigida y la espera vigilante.[1] La cirugía puede implicar la extirpación de una parte o de toda la tiroides.[3] Las tasas de supervivencia a cinco años son del 98 % en los Estados Unidos.[4]