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Parir en el siglo xxi
Fotos premiadas
La educación para el parto fue un importante movimiento social en el siglo XX, pero ha perdido fuelle en los últimos años. Describimos las razones de la disminución de la importancia de la educación para el parto y ofrecemos una propuesta de reforma que alineará la educación para el parto con las necesidades de las madres que dan a luz hoy en día. Nuestro plan creará “Centros para el Año del Parto” (CCBY) y un nuevo modelo de educador para el parto, al que llamamos “entrenador de parto”. El CCBY es el lugar al que acuden las mujeres para obtener información y apoyo en relación con la fertilidad, el embarazo, el parto y el cuidado del recién nacido; el preparador del parto combina el papel de educador del parto, doula y cuidador posparto. Al crear un nuevo modelo de educación para el parto, no sólo honramos a nuestros pioneros, sino que también redescubrimos la sabiduría de la comunidad y las relaciones que nos ofrece el parto, y aprendemos nuevas formas de caminar unos junto a otros para crear nuevas posibilidades para las familias que dan a luz.
Década de los partos
El parto natural es un parto sin intervenciones médicas rutinarias, especialmente la anestesia. El parto natural surgió en oposición al modelo tecno-médico de parto que ha ganado popularidad recientemente en las sociedades industrializadas. El parto natural intenta minimizar la intervención médica, en particular el uso de medicamentos anestésicos e intervenciones quirúrgicas como episiotomías, partos con fórceps y ventosas y cesáreas. El parto natural puede producirse durante un parto hospitalario atendido por un médico o una comadrona, un parto en casa atendido por una comadrona o un parto sin asistencia. El término “parto natural” fue acuñado por el obstetra Grantly Dick-Read tras la publicación de su libro Natural Childbirth (Parto natural) en la década de 1930, al que siguió Childbirth Without Fear (Parto sin miedo) en 1942.
Históricamente, la mayoría de las mujeres daban a luz en casa sin disponer de atención médica de urgencia. La tasa “natural” de mortalidad materna -sin intervención quirúrgica o farmacéutica- se ha estimado en 1.500 por cada 100.000 nacimientos. En Estados Unidos, alrededor de 1900, antes de la introducción y mejora de las tecnologías médicas modernas, había unas 700 muertes maternas por cada 100.000 nacimientos (.7%)[1].
El primer abrazo
El nacimiento en el siglo XXI es un documental interactivo que sigue las historias de cinco mujeres durante su embarazo y parto, antes y durante la pandemia de coronavirus. La experiencia invita al espectador a adentrarse en la sala de partos del Hospital Universitario de La Plana, en Villarreal, España, donde un equipo de matronas especializadas en humanizar el parto apoya a las mujeres durante el mismo de una forma diseñada y desarrollada con un profundo respeto por sus cuerpos, sus bebés y sus derechos. Los elementos participativos, como un plan de parto interactivo, hacen de Nacimiento en el siglo XXI una herramienta educativa que ofrece una visión vital de las prácticas de parto contemporáneas.
Concurso de narrativa digital
Los partos que se muestran son hermosos y la película logra un equilibrio bastante bueno, al mostrar un parto natural y suave junto con la incomodidad que experimentan algunas mujeres. El vínculo entre la madre y el bebé también es magnífico. Me gusta que la película esté dividida en secciones claras con ventanas emergentes sobre las opciones para desarrollar un plan de parto individualizado. También existe la opción de ver gráficos llamativos sobre las estadísticas de los partos en España para aquellos interesados en el parto por cesárea, la inducción y las episiotomías. Sin embargo, creo que faltan algunos aspectos fundamentales, que ampliaré a continuación.
Me encanta lo tranquilas que están las mujeres (sobre todo al principio de la película) y lo bien que las apoyan sus familias. A pesar de que las investigaciones muestran que las personas que dan a luz en España denuncian altos niveles de violencia obstétrica,1 está claro que el hospital es visto como un lugar seguro: la película menciona que algunas de las mujeres querían ir al hospital para poder tener a su bebé de forma “segura”. Considero que esto es positivo, ya que queremos erradicar todo el miedo posible del parto, asegurando que no estamos inhibiendo esas hormonas fundamentales necesarias para el proceso de parto, como la oxitocina. Sin embargo, no se menciona el parto en casa o en otros entornos no hospitalarios como una opción segura. Además, la modalidad de parto es unidimensional, mostrando sólo los partos vaginales espontáneos.