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España libertad de expresión

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La libertad de prensa es el derecho de los periódicos, revistas y otros impresos a publicar noticias sin ningún tipo de control por parte del gobierno.[1] La libertad de prensa en España, una Monarquía Constitucional con Democracia Parlamentaria, está garantizada en el artículo 20 de su Constitución redactada en 1978, tras la dictadura del General de Francisco Franco que terminó en 1975. España ha sido clasificada por el World Press Freedom en el puesto 29 en 2017.

Además, el Estado español también ha mencionado en el artículo 149 de su Constitución que tendrá competencia exclusiva sobre las siguientes materias: “Las normas básicas relativas a la organización de la prensa, la radio y la televisión y, en general, de todos los medios de comunicación social, sin perjuicio de las competencias que corresponden a las Comunidades Autónomas para su desarrollo y ejecución”[2].

Constitución española

2020 ha sido, una vez más, un mal año para la libertad de información en España: no sólo no ha habido avances legislativos relevantes, a pesar del cambio de gobierno, sino que se han producido graves incidentes. La pandemia del coronavirus ha tenido, también en este país, un impacto negativo en la libertad de prensa, principalmente por las gravísimas consecuencias económicas, los déficits de transparencia y los casos de agresiones a periodistas. Pero, al mismo tiempo, la situación de emergencia ha demostrado la importancia del periodismo para ofrecer información útil de interés público, desmontar “bulos” y controlar la gestión de la crisis.

En marzo, el fotoperiodista Jordi Borrás denunció que “un agente de los Mossos (policía catalana) me pidió el DNI mientras hacía fotos (con una pulsera de prensa puesta) en un control policial en Barcelona”. La policía advirtió a Borrás “que no podía fotografiar las caras de los agentes”. El 14 de mayo, en Vitoria, un agente de la Ertzaintza trató de impedir que un periodista grabara una operación policial. La PDLI tuvo que recordar, una vez más, que los cuerpos policiales están sometidos, como cualquier otro funcionario público, al escrutinio de los medios de comunicación.

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El ministro español de Sanidad, Salvador Illa, se dirige a una rueda de prensa sin presencia física de periodistas en Madrid, centro de España, el 30 de octubre de 2020, para explicar el Presupuesto 2021 asignado al Ministerio que representa. EPA-EFE/JJ Guillen

Al principio de la pandemia, los periodistas españoles fueron recibidos con un apagón informativo, seguido de ruedas de prensa del Gobierno en las que las preguntas tenían que ser enviadas a través de un chat de WhatsApp, filtrado por el secretario de Estado de Comunicación de España. Tras varias quejas, se permitió que las preguntas se formularan en directo por videoconferencia. Ahora, ocho meses después, el periodismo se ha empobrecido como consecuencia de la pandemia. Muchas instituciones han encontrado la excusa perfecta para imponer restricciones.

Los periodistas españoles están cubriendo la crisis sanitaria en medio de una profunda carencia de información, transparencia y acceso a la administración. Entre estas carencias se encuentran la ausencia de datos oficiales y relevantes, los cambios de criterio del Ministerio de Sanidad y la ocultación deliberada de información.